viernes, 29 de agosto de 2008

Capítulo 11: El Beso

Alejandra llevaba días sin poder concentrarse en nada. Claro que las clases no daban para mucho mas, pero su rubia cabecita estaba centrada en un único pensamiento: la cena del sábado.

No entendía bien porqué su padre había invitado a Sofía, pero le daba igual. El solo hecho de compartir con ella una cena le bastaba. Necesitaba tenerla cerca, a cada momento. Las horas sin ella se hacían eternas, insustanciales, aburridas. Sofía era su gran adicción.

Aquella semana, las clases con Sofía siguieron con una "normalidad aparente". Pero había una tensión que iba creciendo entre ambas. Las miradas, los gestos, .. los silencios. Ya no se sentaban frente a frente. La mayoría de las veces, Sofía se sentaba a su lado, cosa que provocaba algun que otro roce mas consciente que inconsciente.

Así transcurrieron los días de aquella eterna semana... Hasta el viernes. Sentadas de lado, Sofía se acercó a Alejandra, le puso un mechón del pelo detrás de la oreja y le susurró al oido: "no tengas miedo, yo estoy aquí. pase lo que pase, estaré aquí. no siempre podemos escoger.. así que, sobretodo, no tengas miedo" y dicho ésto, lentamente, se aproximó aun mas.. y la besó. Un beso aparentemente casto, cerca de los labios, dulce e intenso.

Para Alejandra, un beso eterno.. la sensación de haber regresado a casa. De haber encontrado su hogar... Aquel momento, Alejandra supo lo que era la felicidad y lo que quería para el resto de sus días.

Quería a Sofía.

Continuará...

martes, 26 de agosto de 2008

Capítulo 10: Don Alberto Felipe

El patriarca de los Bermúdez de Castro era un hombre entrado en la cincuentena. De pelo canoso, aún conservaba el atractivo que antaño había enamorado a mujeres y jovencitas.. y a algún que otro mozo que pululaba por las tierras de la familia.

Cuando se casó con la joven Clara Isabel Aranda de los Santos, lo hizo mas por interés te quiero Andrés, que por amor. Clara Isabel era la única hija de una acaudalada familia de la zona. Vecinos y rivales, Don Alberto Felipe se empeñó a conquistarla a costa del disgusto de su futuro suegro, que no lo soportaba, y del gozo y disfrute de sus propios padres, necesitados a toda costa de la aportación terrenal que ofrecería el matrimonio de su hijo Alberto Felipe con la angelical Clara Isabel.

Educada para la sumisión marital, Clara Isabel vio en el matrimonio una escapatoria a su aburrida vida. Y que mejor escape que un hombre que sabía que no la quería, pero que se empeñaba en conquistarla. Así, la joven no tardó en simular un enamoramiento con una torpeza y rubor sin igual.

Fue tiempo después de la boda cuando Don Alberto Felipe se dio cuenta. Doña Clara Isabel era de todo menos una mujer sumisa. Poco a poco, la joven se hizo con el mando de la casa, de los negocios y de todas las relaciones sociales... Decidiendo ella, y solo ella, donde, como y cuando se debían hacer las cosas.

Ese carácter seguro, autosuficiente, independiente, hizo que Don Alberto Felipe se enamorara perdidamente de su esposa, llegando a alcanzar con honores, el título de "el mayor calzonazos del siglo XX". Completamente entregado a su mujer, poco pintaba en cualquier decisión tomada. Todo, absolutamente todo, pasaba por manos de su adorada esposa.

15 años de matrimonio y 4 hijos después, Doña Clara Isabel decidió que era la hora de vivir su vida. Así que sin dejar una triste nota de despedida, abandonó el que fue su hogar en búsqueda de si misma.. pero eso, es otra historia..

Don Alberto Felipe jamás se repuso a la pérdida de su esposa. Dormía todas las noches gracias a la intervención de grandes dosis de alcohol en sangre. Y un dolor crónico recorría sus entrañas: el asombroso parecido de Alejandra con su madre.

Hasta que conoció a Sofía, Don Alberto jamás se había planteado que hubiera otra mujer en el mundo que no fuera Clara Isabel.

El día que la vio, un nuevo horizonte se abrió ante él...

Continuará...

lunes, 18 de agosto de 2008

Capítulo 9: preparativos

A Sofía Leinfield no le sorprendió la invitación de Don Alberto Felipe. Por experiencia sabía del efecto que causaba su imagen impenetrable, su pose altiva, su mirada fría. Sofía era un reto para muchas personas. Despertaba en la gente la necesidad de captar su atención, el desafio de encontrar lo que hay detrás de un muro construido con los años.

Pero a Sofía poco le quedaba detrás de todo ésto. El día que decidió dejar de sentir, renunció al mundo.. el día que dejó de sentir, empezó a mirar el mundo a través de la barrera.

Aquella sería una semana larga, muy larga. Era consciente de los sentimientos de Alejandra, los conocía a la perfección.Sabía de su sufrimiento.. y sabía lo que le esperaba.

En otro tiempo, ella había sido una Alejandra mas..

continuará...

martes, 5 de agosto de 2008

Capítulo 8: Aquella tarde

Aquella noche Alejandra no pudo conciliar el sueño. No era una noche especialmente calurosa, pero sentía arder todo su cuerpo.No podía dejar de pensar en la tarde anterior.. no, no podía.

La tarde en que Sofía se había dado la vuelta. La tarde en la que sus cuerpos se quedaron frente a frente, los ojos fijos en los de la otra.. La tarde en la que una sensación desconocida se apodero del cuerpo de Alejandra. Una sensación única, increible, indescriptible.

Alejandra no recuerda cuanto tiempo estuvieron así antes que los interrupiera Don Alberto Felipe. El patriarca, prendado hasta la médula de los encantos de Sofía, había acudido a invitarla a cenar con ellos el fin de semana.

Al ver la imagen de Alejandra y Sofía, la una frente la otra compartiendo un complice silencio, Don Alberto Felipe sintió un gran entusiasmo. Le gustaba la institutriz, y quería que su hija se llevara lo mejor posible con ella..

Al oir a su padre se sobresaltó. En cambio Sofía permaneció impasible, como era costumbre en ella.. Al escuchar la invitación de Don Alberto Felipe, una sonrisa apareció en su rostro.Para los que la conocían, una sonrisa inquietante.

Horas después, Alejandra seguía sin poder conciliar el sueño.

Continuará...

viernes, 1 de agosto de 2008

Capítulo 7: Carlos Javier Bermúdez de Castro

Carlos Javier Bermúdez de Castro era el hermano mas cercano en edad a Alejandra y con el que se llevaba mejor. Lógico, teniendo en cuenta que se marchó de tour por Europa al terminar la universidad y nunca más regresó.

Carlos Javier se llevaba mal con sus 2 otros hermanos mayores. Si, Alejandra tenía 3 hermanos: Adolfo Luis, Rodrigo José y Carlos Javier (por orden cronológico).

Para sorpresa de Alejandra, a finales de noviembre recibió una carta de su hermano. Carlos Javier le contaba que iría a casa aquellas navidades. Tenía "asuntos pendientes" por resolver y había llegado la hora de afrontarlos.

Alejandra se movía entre la emoción del reencuentro con su hermano y el miedo. Hacía 6 años que no se veían... y si él era como el resto de los hermanos? y si...

Por suerte para Alejandra, su obsesión por Sofía no le dejaba pensar en otras cosas. Apartó de su mente el ansiado reencuentro, peinó su larga cabellera, subió unos centímetros la falda del uniforme del colegio católico y apostólico y se dirigió a la biblioteca.

Al verla su corazón dio un vuelco.. Sofía estaba de pie, mirando a través de los enormes ventanales que daban al jardín. Se la veía pensativa, ausente..Estaba preciosa.

Alejandra se acercó sigilosamente por detrás, sus ganas de abrazarla escapaban de su control. Sofía, al notar una presencia en la habitación, se dio la vuelta. Tenía a Alejandra a 10 centímetros.. podía sentir su respiración...


Continuará...

 


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